Recientemente, el 22 de enero para ser precisos, murió uno de los más grandes maestros espirituales de la actualidad: THICH NHAT HANH, “Thay” fue el principal promotor del Mindfulness en occidente, activista de la No Violencia, nominado al premio Nobel de la paz, un luchador incansable con su “Budismo Comprometido”.
Una de sus más bellas enseñanzas fue que los seres vivos no sólo SOMOS, INTERSOMOS, es decir existimos gracias al todo y dependemos unos de otros. Estamos interconectados.
¿A veces te sientes menos que los demás? CÓMO QUE NO VALES…
Pues olvÍdate de esto porque tu ser es igual de importante a todos, incluso que la Luz del Sol o el agua de lluvia. Thich Nhat Hanh nos lo demuestra con esta enseñanza:
“El universo contiene a todos los seres y cada ser contiene a todo el universo”, todos estamos conectados, todos dependemos del todo para ser y cada ser contiene todo el universo dentro de sí.
Desde esta perspectiva nadie es más ni menos que nadie. Para la vida tu ser es igual de importante que la luz del sol o el agua de lluvia. Por lo mismo no hay que menospreciar a nada ni a nadie, a ti mismo principalmente. ¿Qué caso tiene sentirse menos o más que los demás ante esta realidad?
Y esto nos lo demostraba Thay a través de un texto, para el cual hasta inventó la hermosa palabra: INTERSER
-TOMADO DEL LIBRO: “ Ser paz, El corazón de la comprensión “ de Thich Nhat Hanh-
“Si eres poeta, verás claramente que flota una nube en esta hoja de papel. Sin nube, no habrá lluvia; sin lluvia, los árboles no crecen; y sin árboles, no podremos hacer papel. Para la existencia del papel es esencial la nube. Si no está la nube, tampoco puede estar el papel. Así, podemos decir que la nube y el papel inter-son. La palabra “interser” aun no esta en el diccionario, pero sí combinamos el prefijo inter con el verbo ser, tenemos un nuevo verbo, interser. Sin una nube, no podemos tener papel, de modo que es posible decir que la nube y la hoja de papel inter-son.
Si miramos más profundamente esta hoja de papel, veremos en ella la luz del sol. Sin la luz del sol, el bosque no puede crecer. De hecho, nada puede crecer. Aún nosotros no podemos crecer sin la luz del sol. Así pues, sabemos que el sol también está en esta hoja de papel. El papel y el sol inter-son. Y si seguimos mirando, podemos ver al leñador que cortó el árbol y lo trajo al molino para transformarlo en papel. Y podemos ver el trigo. Sabemos que el leñador no puede vivir sin el pan cotidiano, así que el trigo que se convirtió en su pan también está en esta hoja de papel. Y el padre y la madre del leñador también están. Cuando lo vemos así, vemos que sin todas estas cosas, esta hoja de papel no puede existir.
Mirando aún con mayor profundidad, vemos que nosotros también estamos en ella. Esto no es difícil de ver, porque cuando miramos una hoja de papel, forma parte de nuestra percepción. Tu mente está aquí y la mía también. Así que podemos decir que todo está aquí en esta hoja de papel – el tiempo, el espacio, la tierra, la lluvia, los minerales de la tierra, el sol, la nube, el río, el calor. Todo coexiste con esta hoja de papel. Es por ello que creo que la palabra interser debería estar en el diccionario. “Ser” es interser. No puedes ser por ti mismo; tienes que interser con todas las demás cosas.
Esta hoja de papel es, porque todo lo demás es.
Supongamos que tratamos de regresar uno de los elementos a su origen. Supongamos que regresamos la luz al sol. ¿Crees que esta hoja de papel sería posible? No, sin la luz de sol nada puede ser. Y sí regresamos al leñador a su madre, tampoco tenemos papel. El hecho es que esta hoja esta hecha sólo de elementos que no son papel. Y si regresamos estos elementos a sus orígenes, no puede haber papel del todo. Sin los elementos que no son papel, como la mente, el leñador, la luz del sol, no habrá papel. Así de delgada como es, esta hoja de papel contiene todo el universo.”
Y si la hoja contiene todo el universo, tú y yo también somos parte y contenedores de todo el universo, suficiente para vivir en asombro este gran milagro de existir.
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