Un día escuché al Filósofo Antonio Escohotado decir que se cree que un país es rico por su oro, por su petróleo, etc. Pero en realidad un país es verdaderamente rico por su educación… Y no en referencia al acumulamiento de conocimiento, sino de valores. Educación significa que aunque puedas robar, no robas,
das el paso, que no tiras basura, que das las gracias, llevas el carrito del super a su lugar… Cuando un pueblo tiene esto, cuando un pueblo tiene educación, un pueblo es rico. La verdadera riqueza es el respeto, la colaboración, la amabilidad, la co-creación.
Ese debería ser el verdadero amor a la patria… Y esto va más allá de un país.
Y para contextualizar esto regresemos en el tiempo hasta cuando el gran científico naturalista Charles Darwin habló de la “Selección Natural”. Se dice que, a través de la selección natural los más fuertes sobreviven, pero esto se ha mal entendido… a Charles Darwin lo mal interpretaron en muchos sentidos… en realidad él se refería a que los más aptos para sobrevivir son los organismos que se adaptan al medio ambiente y esto se logra con base el la cooperación, y este es el poder de la bondad. La evolución se basa en el concepto del beneficio mutuo y la generosidad, no en la competencia por sobrevivir. De hecho lo que estamos viviendo con la pandemia es un proceso de adaptación.
Luchar por la supervivencia, el “triunfo del más fuerte” tiene más que ver con la colaboración de los organismos y no con fuerza del individuo más competitivo, “el más patriota de todos”.
Así que, necesitamos hacer un cambio de paradigma en la conciencia:
Patria tiene que ver con el lugar donde nacimos o el que adoptamos como nuestro, sería hermoso extender nuestra noción de patria no sólo a un país, sino a todo el planeta, al cosmos y dejar de competir por quien es el mejor, dejar de pelear. Ejemplo tonto pero real: “La cerveza de México es la mejor del mundo”, sí pero la alemana también es buenísima, la japonesa, la belga. ¡Qué importa cuál es mejor, todos tenemos algo para aportar, algo que dar ¡Para co-crear!
Seamos pues, patriotas de una patria que no tenga fronteras (Valga la redundancia). Imagínate que el Himno Nacional en lugar de decir cosas como “Mexicanos al grito de guerra… retiemble en sus centros la tierra al sonoro rugir del cañón” dijera: “Hermanos al grito que alegra… y resuene en toda la tierra el sonoro vibrar del amor”
Sí, somos un individuos, pero somos comunidad… somos parte de un hermoso país llamado México, pero también somos parte de un hermoso planeta y parte de un increíble universo, en realidad ¡Somos parte de un todo!
La invitación es a respetar y cuidar a ese todo y que este sea nuestro Amor a la patria.
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